Entrevista con el nuevo Presidente en Ejercicio de la OSCE, Sebastian Kurz, Ministro Federal de Asuntos Europeos, Integración y Asuntos Exteriores de Austria
¿Cuáles son las prioridades de Austria para su Presidencia en 2017?
La Presidencia austríaca tiene intención de hacer hincapié en tres de los principales retos para la seguridad a los que actualmente se enfrenta Europa, a saber: una nueva escalada de conflictos violentos; el incremento de las amenazas para la seguridad interna debido a la radicalización, especialmente de los jóvenes; y la creciente pérdida de confianza, no solo entre los Estados, sino también de los ciudadanos respecto a las instituciones estatales y las organizaciones encargadas de asegurar la paz y nuestros valores.
Esos son, por supuesto, retos importantes, que no se resolverán de la noche a la mañana. Sin embargo, durante nuestra Presidencia nos ocuparemos de hacer el mejor uso posible de la Organización para reforzar la seguridad integral y cooperativa, así como la seguridad en sus 57 Estados participantes, y para empezar a restablecer la confianza en el área de la OSCE. Creemos firmemente que la OSCE puede desempeñar un papel esencial a la hora de abordar y resolver esos retos. Nuestro enfoque se basará en la mejora del diálogo (un diálogo crítico pero constructivo entre gobiernos, expertos y representantes de la sociedad civil, para debatir percepciones y desarrollar soluciones comunes).
Usted ha declarado que la lucha contra la radicalización le parece un tema importante. ¿Qué iniciativas le gustaría ver en ese sentido?
El extremismo violento y la radicalización, en particular de los jóvenes, es una amenaza cada vez mayor para nuestra seguridad. Sabemos que más de 10.000 personas del área de la OSCE se han sumado al denominado Estado Islámico como combatientes terroristas extranjeros, para violar, asesinar y tratar de aniquilar a minorías religiosas en Siria, Irak y Libia. El éxito de las campañas militares contra esos bárbaros terroristas podría suponer el regreso de un gran número de ellos y un incremento del nivel de amenaza en el seno de nuestras sociedades.
En vista de ese escenario, debemos mancomunar nuestros esfuerzos para identificar y abordar las causas fundamentales y los factores desencadenantes de la radicalización. Escuchar a los jóvenes es un elemento esencial de esos esfuerzos. Por ello, tenemos intención de organizar cuatro cursos prácticos regionales, en Europa occidental, la región del mar Negro, Asia central y los Balcanes occidentales, sobre el tema de la radicalización de los jóvenes. En esos cursos participarán jóvenes que ayudarán a elaborar enfoques innovadores para hacer frente a ese problema. Esas ideas nos darán una base sólida para proseguir la labor en el seno de la Organización. La Presidencia también ha previsto llevar a cabo un proyecto en 2017 cuyo objetivo será empoderar a los jóvenes para que puedan abordar el problema de la radicalización en sus sociedades.
¿Cuál considera que debe ser la función de la OSCE para hacer frente a la nueva realidad de la migración?
Las recientes oleadas de migrantes han supuesto nuevos retos para muchos Estados participantes de la OSCE, así como para sus ciudadanos. Estoy convencido de que un enfoque de cooperación, basado especialmente en el intercambio de experiencias y prácticas óptimas, puede contribuir a una reducción sostenible de los flujos migratorios.
La OSCE está trabajando en algunas cuestiones relacionadas con la migración, incluida la creación de oportunidades para los jóvenes en sus países de origen. También está facilitando políticas de migración laboral y la integración en las sociedades de acogida. Está ayudando a los Estados participantes a afrontar los retos relacionados con la migración: facilitando el diálogo sobre ese tema, brindando asistencia para coordinar sus respuestas y ayudándoles a responder con eficacia a la situación.
Mediante nuestras operaciones sobre el terreno podemos brindar asistencia tangible a la hora de coordinar la gestión y la seguridad de las fronteras, y de proteger los derechos humanos. La labor de la OSCE en materia de tolerancia y no discriminación ayudará también a los Estados participantes a integrar a los migrantes que se queden, para garantizar que se conviertan en miembros contribuyentes de nuestras sociedades.
¿Cuál será el enfoque de Austria a la hora de supervisar los esfuerzos para resolver los conflictos prolongados en el área dela OSCE?
El objetivo de Austria es contribuir a la prevención y resolución de los conflictos en el área de la OSCE. Por tanto, centraremos nuestros esfuerzos en reducir la intensidad de los conflictos existentes, fomentando la confianza entre las partes. La Presidencia respaldará los formatos de la OSCE para resolver esos conflictos. Paralelamente, continuaremos los debates sobre el refuerzo de los instrumentos de la OSCE para la prevención y la resolución de conflictos. Los conflictos prolongados de la región de la OSCE tienen características distintas. En consonancia, también queremos adoptar enfoques e iniciativas distintos, dependiendo de los contextos y de la evolución de las situaciones.
En primer lugar y ante todo, la preocupación por la seguridad y la protección de las poblaciones afectadas debe ser, una vez más, la parte esencial de todas las iniciativas políticas para resolver los conflictos. Las personas que viven en las zonas afectadas se enfrentan diariamente a problemas en sus vidas; debemos tratar de aliviar sus problemas, aunque sea muy poco a poco. Austria estará abierta a la cooperación y apoyará proyectos concretos a ese respecto. En nuestra calidad de país neutral, nos brindamos a actuar como intermediarios para ayudar a que Europa vuelva a ser más segura.
También alentaremos la participación de la mujer en esos debates e iniciativas. La inclusión de la mujer es esencial para la sostenibilidad de los esfuerzos de prevención, gestión y resolución de conflictos. Los procesos de paz solo pueden tener éxito a largo plazo cuando se tienen en cuenta las voces, las perspectivas y las necesidades de toda la población.
Por ello, la Presidencia austríaca respaldará los esfuerzos por incrementar la participación de sectores más amplios de la sociedad, en especial de las mujeres y los jóvenes, en actividades relacionadas con la paz y la seguridad.
¿Piensa que la neutralidad de Austria puede servir de lección para algunos de los Estados participantes de la OSCE en la actualidad?
La neutralidad ha sido extremadamente beneficiosa para Austria como un instrumento de política exterior y de seguridad, y ha acabado por convertirse en parte integrante de la identidad nacional austríaca. En 1975 los Estados participantes prometieron respetar la soberanía y la integridad territorial de los demás Estados participantes, a cada uno de los cuales se le otorgó el derecho a formar parte de una alianza o un tratado, o a permanecer neutral. La Carta sobre la Seguridad Europea de 1999 reafirmó el derecho inherente a todos y cada uno de los Estados participantes de elegir o cambiar libremente sus acuerdos de seguridad. Esos son principios fundamentales de nuestra seguridad común y deben respetarse como tales.
No obstante, lo que quiero lograr como Presidente en Ejercicio es apartarme de la mentalidad de bloque que ha surgido recientemente en la OSCE y fuera de ella.
Usted pertenece a una generación que no conoció la Guerra Fría y ya ha anunciado que es importante escuchar la voz de los jóvenes. ¿Puede ver en el horizonte formas innovadoras y pioneras de cooperación multilateral en materia de seguridad?
Fui un privilegiado al crecer en una Europa aún más abierta, disfrutando de la libertad, la paz y el Estado de derecho en el seno un sistema democrático (y eso, gracias, en parte, a la labor de la OSCE). Lamentablemente, la promesa de una paz y una estabilidad duraderas sigue sin ser una realidad para todos en el área de la OSCE.
Los retos con que nos enfrentamos actualmente son más complejos y están más interrelacionados que nunca. Nuestras respuestas deben ser igualmente exhaustivas. Por eso, el enfoque integral de la OSCE en materia de seguridad es esencial para hacer frente a esos retos.
Nuestra respuesta debe ser exhaustiva no solo en cuanto a la metodología aplicada o a la gama de temas incluidos, sino también en cuanto a la participación. La participación es esencial (necesitamos contar con todas las voces, con todos los elementos de la sociedad). La participación nos aportará una nueva perspectiva y permitirá que afloren ideas innovadoras. La OSCE posee las herramientas adecuadas para hacer una notable contribución a la seguridad y la estabilidad en su zona. La aportación de las generaciones más jóvenes también se está convirtiendo cada vez más en una prioridad. Dar más voz a los jóvenes en la Organización nos ayudará a ver las cosas desde una perspectiva distinta y por tanto nos permitirá satisfacer mejor las necesidades de todos los miembros de nuestras sociedades.
¿Cuál considera que es la función concreta que puede desempeñar la OSCE con respecto a la seguridad europea?
El lugar de la OSCE está dondequiera que sean más necesarios el diálogo y la cooperación. La OSCE es el mejor lugar en Europa para empezar a resolver conflictos que se han cobrado tantas vidas en los últimos años; es el mejor lugar para seguir mejorando la seguridad en los propios Estados mediante compromisos y programas diseñados para respaldar el desarrollo económico sostenible y la prosperidad; es el mejor lugar para redoblar los esfuerzos encaminados a restablecer la confianza entre los Estados; y también es el mejor lugar para empezar a restablecer la confianza de nuestros ciudadanos en sus instituciones y brindarles la perspectiva de un futuro mejor.
La OSCE tiene varias ventajas singulares que la hacen esencial para ese empeño. En primer lugar, es la mayor organización de seguridad regional del mundo, en la que participan Estados de una vasta zona geográfica. La expresión “De Vancouver a Vladivostok” ya lo dice todo. Más importantes aún que la geografía son los valores y compromisos compartidos que han asumido nuestros diversos Estados participantes. La OSCE los agrupa a todos como iguales, y brinda a todos los participantes un lugar para el diálogo y el debate, incluso en las situaciones y los conflictos más difíciles.
En segundo lugar, la OSCE aborda la seguridad y la estabilidad de una forma integral y sostenible, y reconoce que la seguridad en los Estados es esencial para la seguridad entre los Estados.
En tercer lugar, ese enfoque integral se combina con la amplia gama de instrumentos de que dispone la Organización. Esos instrumentos (en particular las Instituciones y las operaciones sobre el terreno) permiten a la OSCE hacer una contribución esencial para asegurar que sus valores son
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