Trata y esclavización: Una parte sistémica del conflicto
Por Gulnara Shahinian
"Nadie abandona su hogar a menos que ese hogar sean las fauces de un tiburón."
– Warsan Shire, Teaching my Mother How to Give Birth
Durante meses y años, no ha habido día en que las noticias no se hicieran eco de las penurias inhumanas que sufren las personas en las zonas devastadas por la guerra, de los viajes desesperados en busca de la seguridad, que acaban en explotación o muerte. Las historias y las fotos desgarradoras no nos han dejado indiferentes. Pero esas personas siguen viniendo y las cifras son abrumadoras: más de 60 millones de personas en todo el mundo abandonan sus hogares, según cifras facilitadas por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados; millares de personas se ahogan en el Mediterráneo. Buscamos signos de mejora, pero es en vano. En lugar de eso, estudios recientes llevados a cabo en las zonas de conflicto y a lo largo de las rutas de migración nos dicen que la explotación, la trata y la esclavización de seres humanos, que acompañan al conflicto y a la guerra como una sombra inseparable, están adquiriendo nuevas proporciones, se están diversificando e intensificando.
En países donde hay conflictos, la trata de mujeres, niños y hombres adopta múltiples formas: explotación sexual, trabajos forzosos, alistamiento en grupos armados y grupos terroristas, y explotación para el tráfico de drogas y órganos. Los padres, en su deseo de proteger a sus hijas de la violación y la explotación sexual forzosa, las casan a la fuerza: en Siria, los matrimonios prematuros forzosos han aumentado de un modo sin precedentes. Pero para la mayoría, esa estrategia de supervivencia se convierte en una esclavitud doméstica y sexual (y a menudo en prostitución en un país extranjero).
La barbarie practicada por el Daesh en Siria contra la población Yazidi es increíblemente atroz. Supervivientes como la joven Yazidi Nadia Murad, que prestó declaración ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, relatan el asesinato sistemático de hombres Yazidi y la esclavización de mujeres Yazidi, que son salvajemente violadas y obligadas a servir a los militantes como esclavas sexuales, son vendidas en mercados de esclavos, y sometidas a explotación y palizas. Las muchachas Yazidi que no desean abrazar el Islam y se convierten en esclavas sexuales, son quemadas vivas. Es un hecho ampliamente reconocido que esta esclavitud es un crimen de lesa humanidad.
Tendencias alarmantes
La violencia y la trata están evolucionando de forma preocupante. Un estudio de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para el período comprendido entre junio y septiembre de 2016, muestra que la crueldad motivada por el odio, característica de las primeras fases de una guerra (asesinatos de hombres delante de sus familias, esclavización de mujeres y explotación de niños) se ve incrementada por el uso de las personas como recurso desechable para satisfacer las demandas de órganos y sangre de la propia guerra. En este caso, la mayoría de las víctimas son hombres. La explotación laboral sigue al alza. Se saca clandestinamente a las personas de la zona de conflicto y se las obliga a donar órganos o a transportar drogas como el Captagon, como parte del pago de su pasaje.
Enfrentadas a la elección (que es una no-elección) de someterse a la violencia, la crueldad y el posible exterminio, o emprender un viaje arriesgado para escapar, las personas optan por lo segundo, dejando atrás sus hogares y los ahorros de toda su vida, y aceptando cualquier condición imaginable con tal de tener la oportunidad de encontrar un lugar seguro para ellos y para sus hijos. Lamentablemente, quedan atrapadas en otro ciclo trágico, expuestas a numerosos riesgos en cada etapa de su viaje. La OIM proporciona pruebas inquietantes, basadas en datos recogidos de 9.000 migrantes durante un período de diez meses en 2016, de que más del 70 por ciento de los migrantes que llegan a Europa en barco sufren explotación y trata. La mitad de los encuestados habían sido retenidos contra su voluntad, a menudo secuestrados para pedir un rescate, y su única forma de liberarse había sido el trabajo forzoso sin paga. Un informe de la OIM sobre trata y explotación de seres humanos en tiempos de crisis, publicado en diciembre de 2015, menciona la desaparición de muchas mujeres y niños no acompañados migrantes, posiblemente para el trabajo forzoso, la explotación sexual y otros fines delictivos.
Lamentablemente, el trágico viaje de esas personas no acaba al llegar a Europa. A muchas de ellas no se les concede el derecho a gozar de protección jurídica internacional; las malas prácticas de identificación y las políticas restrictivas de algunos Estados no hacen sino aumentar la vulnerabilidad ante la trata y la explotación. Terre des Hommes ha informado acerca del trabajo forzoso, incluido el de los niños, en campos de asilo y de refugiados.
Buscando soluciones duraderas
Esa desastrosa situación se debe a innumerables causas: la pobreza extrema y la falta de oportunidades para el desarrollo económico; la degradación del medio ambiente; la vulnerabilidad ante el delito y la falta de protección debido a crisis políticas y guerras civiles prolongadas; la violencia y las brutalidades ocultas cometidas por organizaciones extremistas contra grupos étnicos y religiosos. Los conflictos actuales parecen tener perspectivas muy limitadas de resolverse: no se vislumbra un acuerdo político para la guerra de Siria y tampoco hay una estrategia internacional clara para resolver el conflicto de Irak. No se ha logrado la estabilidad en Afganistán, Somalia y Libia. Los programas y las políticas de muchos países en desarrollo para hacer frente a la pobreza crónica, la discriminación, la mala gobernanza, y los cambios climáticos y medioambientales, también han sido inadecuados. Se espera que las crisis se multipliquen ya que muchos de los problemas con que se enfrentan las personas siguen sin resolverse.
Es necesario proseguir los estudios y los análisis para determinar plenamente la naturaleza y el alcance de la trata y la esclavización en zonas de conflicto y rutas de migración. Pero la información de que ya disponemos nos da razones suficientes para afirmar que la trata no es un efecto colateral del conflicto sino una parte sistémica del mismo, y requiere especial atención desde el principio. La crisis humanitaria actual está disparando las alarmas. Hay una necesidad urgente de elaborar políticas de respuesta duraderas e innovadoras que primen ante todo la seguridad y la dignidad humanas.
Alerta temprana
Debemos prestar mucha atención a las señales de alerta temprana y ser capaces de abordarlas de forma inmediata mediante la diplomacia y la elaboración de programas humanitarios. Hay que replantearse la prevención para abordar las causas de las vulnerabilidades. Si reforzamos la prevención podemos detener el proceso de muerte y destrucción desde sus comienzos.
Protección
Las personas que huyen de un conflicto deben recibir una protección y un apoyo especiales. Es necesario reforzar el enfoque basado en los derechos humanos para la identificación de las personas que se desplazan y tener en cuenta los intereses de todos a la hora de brindarles protección, conforme a las obligaciones contraídas en virtud del derecho internacional.
La investigación demuestra que cuanto más dura el tránsito de los migrantes, más probable es que sean víctimas de la explotación delictiva. Para proporcionar una mínima seguridad, es necesario reforzar el funcionamiento de los equipos de rescate de la Unión Europea y ampliar su cobertura geográfica.
Cooperación y coordinación
De todas las palabras mágicas utilizadas para describir políticas efectivas de lucha contra la trata de seres humanos, esas son las más importantes. La cooperación entre los países de origen, tránsito y destino, y entre los encargados de cada país, es esencial. Una estrategia integral y a largo plazo para abordar las causas y las consecuencias del flujo actual de entrada de migrantes, medidas políticas y diplomáticas adecuadas, mejora y armonización del asilo, y sistemas de reasentamiento, son requisitos esenciales.
Inversión
Programas e inversiones a corto y largo plazo, que creen oportunidades viables de empleo y desarrollo económico, son necesarios en los países del éxodo, para promover la paz y la estabilidad.
Análisis de las causas fundamentales
Hay que realizar estudios sobre la naturaleza y la incidencia de la trata y la esclavización en zonas de guerra y de conflicto. Hay que estudiar, analizar y reflejar en políticas y leyes las causas fundamentales (indicadores de la trata y también del riesgo de la trata), de lo contrario, las guerras, las oleadas migratorias y las catástrofes medioambientales que originan las crisis actuales seguirán repitiéndose y propagándose.
Procedimientos normalizados de asilo
Los países de destino tienen que llegar a un acuerdo sobre procedimientos normalizados de asilo que tengan en cuenta los intereses de todos y aseguren que se respeta el derecho a solicitar asilo ya consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y garantizado en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Hay que hacer un filtrado y una identificación adecuados. Las personas que huyen de los conflictos, las víctimas de la trata y la esclavitud, mujeres, niños y otros grupos vulnerables, requieren especial atención.
Aprovechamiento del capital intelectual
El capital intelectual de los refugiados y los solicitantes de asilo debe utilizarse y mejorarse, como un recurso tanto para los países de asilo (aliviando su carga y satisfaciendo sus demandas laborales concretas) como para los países del éxodo, cuando regresen a ellos. Proporcionar a los refugiados, en la medida de lo posible, formación laboral en ámbitos innovadores orientados al mercado, que puedan compartir con sus países de origen, puede ser una buena inversión. En muchos de los países a los que he viajado en mi calidad de Relatora Especial de las Naciones Unidas, he sido testigo de situaciones de conflicto latente en campos de refugiados, donde no se tenía en cuenta en absoluto a los que tenían aptitudes y estudios. El aprovechamiento efectivo del capital humano es muy valioso para reforzar la protección y la armonía en las sociedades.
La crisis actual es una crisis de derechos humanos y una prueba de fuego para el sistema de valores que todos respetamos. Necesitamos cooperación política basada en valores universales compartidos y en la firme voluntad de los dirigentes políticos. La vida humana y la dignidad, nuestros bienes más preciados, están en juego, y hay que hacer todo lo posible para pasar del conflicto a una paz sostenible.
Gulnara Shahinian es ex Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre las formas contemporáneas de la esclavitud, incluidas sus causas y consecuencias.
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