Género y las Fuerzas Armadas: Ante Todo las Personas
Entrevista con la General de División Tammy L. Harris, Subcomandante de la Fuerza Aérea canadiense
Ha habido un cambio cultural en las Fuerzas Armadas canadienses, dice la General de División canadiense Tammy L. Harris, han pasado de tolerar que las mujeres sean “casi igual que los hombres” a valorarlas por la diversidad de aptitudes y perspectivas que aportan a su trabajo. Promover la contribución de la mujer a la paz y la seguridad es una tarea que ocupa un lugar destacado en el programa de la OSCE. La General de División Harris visitó el Foro de Cooperación en materia de Seguridad de la OSCE el 13 de septiembre de 2017, invitada por la Presidencia serbia.
¿Por qué hay que integrar la perspectiva de género en el ámbito militar?
La simple respuesta a la pregunta es que, a menos que sepamos las distintas formas en que se ven afectados hombres, mujeres, niños y niñas, cuál es el colectivo que corre más riesgo, y en qué momento y lugar, la protección que proporcionamos puede ser inadecuada. Por ejemplo, si una de las tareas de una misión es velar por la seguridad en una zona cercana a un campo de refugiados, sería muy útil entender el papel de las mujeres como encargadas de recoger leña y agua. Esas actividades cotidianas pueden ponerlas en peligro, especialmente si han de recorrer grandes distancias.
Durante la participación canadiense en Afganistán, no fuimos capaces de conectar con las mujeres desde el principio, debido a limitaciones culturales. Tratamos de hablar con las de más edad pero nos dimos cuenta de que, mientras no tuviéramos acceso a la mitad de la población, no estábamos hablando con las personas que podían tener más información y nos podían explicar cómo eran las cosas sobre el terreno. De modo que creamos equipos de participación femeninos que siempre formaban parte de las patrullas de control, para ganarnos así la confianza de la comunidad. Eso supuso un cambio en nuestra forma de hacer y entender las cosas. Por ejemplo, a la hora de construir escuelas nos ayudó a averiguar si las estábamos situando en los lugares adecuados. Todo ese proceso contribuyó a fortalecer nuestra misión y nos ayudó a reconocer la importancia de integrar una perspectiva de género.
Usted es la primera mujer que ocupa el puesto de Subcomandante de la Fuerza Aérea canadiense: ¿Cómo ha evolucionado la situación de la mujer en el ejército a lo largo del tiempo?
Ha sido un viaje realmente largo para las mujeres, un cambio cultural. Todo empezó con las hermanas enfermeras en la Guerra de los Boers de 1885. Las Fuerzas Armadas canadienses fueron una de las primeras fuerzas militares que permitieron que las mujeres prestaran servicio en todos los puestos, y actualmente nos estamos fijando objetivos ambiciosos para incrementar su presencia en todos los puestos y rangos. En este momento, el 15 por ciento de los miembros de las Fuerzas Armadas canadienses son mujeres y nuestro objetivo es que dentro de diez años uno de cada cuatro miembros sea una mujer.
Cuando me incorporé a las fuerzas armadas, mis compañeras y yo luchamos para conseguir la neutralidad de género. Luchábamos para que no nos consideraran diferentes a los hombres. Queríamos demostrar que podíamos hacer nuestro trabajo. Con el tiempo se demostró claramente que, con la dedicación y el entrenamiento necesarios, tanto hombres como mujeres pueden hacer el trabajo. Nos dimos cuenta de lo siguiente: es correcto subrayar las diferencias entre las personas (bien sean hombres o mujeres, o personas con diferentes orígenes o con distintas experiencias) porque eso es precisamente lo que nos hace más fuertes. Creo que la fuerza de Canadá reside en que somos una sociedad multicultural, no un crisol de culturas; nosotros celebramos las diferencias entre las personas.
¿Qué importancia tiene el liderazgo para la integración de la perspectiva de género?
Cuando un líder destacado dice “esto es importante y lo estamos haciendo”, eso es algo que cala en la sociedad. Sin el respaldo de un líder no se va a ninguna parte. Somos muy afortunados porque ahora contamos con el apoyo del Gobierno de Canadá y, dentro de las fuerzas armadas, con el de nuestro Jefe del Estado Mayor de la Defensa. Ellos son los que han hecho posible la incorporación de nuestra nueva Directora para la Integración de la Perspectiva de Género, Sheila Ouellet, y su equipo. La Directora trabaja con tres asesores en materia de género, que ocupan tres puestos clave: uno en cuestiones estratégicas, otro en nuestro mando operativo y ahora un tercero en nuestro mando de operaciones especiales.
Tenemos desplegados puntos de contacto para cuestiones de género en todas nuestras misiones (actualmente 19 en total). Aunque se trate de una misión de dos personas, una de ellas es el punto de contacto para cuestiones de género. Eso nos ayuda a incorporar esa perspectiva en algunos contextos que históricamente habrían sido impensables o en los que nadie hubiera pensado que pudieran incluirse. Tratamos de promover al máximo esa perspectiva de género: a día de hoy 68.000 personas han hecho un curso en línea sobre nuestro instrumento de análisis de género: el “Gender Based Analysis Plus” (Análisis Plus basado en el género).
¿Qué es el “Gender Based Analysis Plus”?
El Gobierno de Canadá elaboró el “Gender Based Analysis Plus” (GBA+) para aplicar la Plataforma de Acción de Beijing, como herramienta analítica utilizada para integrar una perspectiva de género en todas sus leyes y políticas. El Departamento de Defensa Nacional también lo ha adoptado. El GBA+ no tiene en cuenta únicamente el género (hombres, mujeres, niños y niñas) sino también cosas como la orientación sexual, la educación y la situación socioeconómica.
Por ejemplo, si estamos comprando un barco, hacemos un análisis GBA+ para determinar si estamos afectando de forma desproporcionada a algunos sectores de hombres y mujeres que quizá no podrían trabajar en ese barco por alguna razón. Si estamos comprando un reactor, y nos dicen que para poder pilotarlo se ha de medir 1,98 m y pesar 113 kg, eso probablemente descartaría al 95 por ciento del personal de las fuerzas aéreas. Es una simple cuestión de tener en cuenta las consecuencias de las decisiones, de hacer preguntas que probablemente se hubieran hecho de todos modos, pero ahora se trata de un proceso oficial.
El GBA+ desempeñó un papel muy destacado en la elaboración de nuestra nueva política de defensa “Con fuerza, seguridad y compromiso”. Se incorporaron perspectivas de género en todos los ámbitos y se ha dedicado una parte importante a los hombres y mujeres de uniforme. La filosofía orientativa es “Ante todo las personas, siempre la misión” (solía ser lo contrario). Incluso hemos ido un paso más allá de celebrar la diversidad. Se trata realmente de integración. Ese es nuestro objetivo en lo relativo a los altos mandos: preguntar lo que cada persona puede aportar al trabajo que hemos de hacer y elegir esas características diferentes que, sumadas, nos harán más fuertes.
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