Charla con la Secretaria de Estado suiza Pascale Baeriswyl
“Queremos debatir algunos temas tabú, pero queremos hacerlo sobre una base técnica de soluciones prácticas”, dijo la Secretaria de Estado y Ministra Adjunta de Asuntos Exteriores suiza, Pascale Baeriswyl, en Viena, el 16 de enero de 2018, al tomar la palabra en la sesión de apertura de la Presidencia suiza de cuatro meses del Foro de Cooperación en materia de Seguridad de la OSCE. A la charla se sumaron Matthias Halter, Jefe de Control de Armamentos y Política de Desarme del Departamento Federal de Defensa suizo, y Claude Wild, Representante Permanente de Suiza ante la OSCE y Presidente del FCS.
Usted ha representado a Suiza en muchos marcos internacionales, incluidas las Naciones Unidas en Nueva York. ¿Cómo le parece que encaja el Foro de Cooperación en materia de Seguridad de la OSCE en la arquitectura global de la seguridad?
Pascale Baeriswyl: Actualmente nuestra seguridad se ve amenazada a tres niveles distintos: tenemos fragmentación y polarización a nivel de la sociedad, instituciones débiles a nivel nacional y un orden mundial turbulento a nivel multilateral. La OSCE es especial porque puede reaccionar en los tres niveles. Puede estar muy próxima a la gente sobre el terreno. Por ejemplo, durante la crisis de Kosovo, cuando declaró su independencia (lo que hizo muy difícil que otros entes pudieran estar allí y reaccionar), la Misión de la OSCE fue la única que siguió trabajando en todo el país, ocupándose de asuntos como los derechos de las minorías. Al mismo tiempo, la OSCE puede contribuir a reforzar las instituciones a nivel nacional y construir democracias dinámicas o mantenerlas vivas.
En cuanto al tercer nivel, el multilateral, creo que la OSCE también está bien posicionada para preparar el terreno con vistas a actuar, por ejemplo en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Fíjese por ejemplo en la situación en Ucrania, donde hemos estado hablando de una posible misión de las Naciones Unidas. Creo que la Misión Especial de Observación fue un resultado excepcional, que pudo hacerse realidad gracias a un ingente trabajo, especialmente también por parte de la Presidencia suiza. Es muy posible que en algún momento necesitemos algún tipo de misión de las Naciones Unidas para lograr una solución sostenible. La OSCE, con todas las herramientas de las que dispone, puede lograr el consenso (es una organización orientada al consenso) y asimismo puede aprovechar que cuatro de las cinco potencias de las Naciones Unidas con derecho a veto también son miembros de la Organización. Si se puede lograr el consenso en la OSCE, las posibilidades de hallar una buena solución a nivel del Consejo de Seguridad serán mucho mayores.
Creo que la OSCE y su Foro de Cooperación en materia de Seguridad son un excelente ejemplo de mejores prácticas de una organización regional en virtud del Capítulo VIII de la Carta de las Naciones Unidas, que debería ser complementaria del nivel mundial. Ese tipo de trabajo conjunto es absolutamente esencial, especialmente en tiempos de crisis, para mantener realmente vivo nuestro orden multilateral internacional.
En una época en que la confianza entre los Estados participantes es escasa, Suiza no ha dudado en incluir temas espinosos en el orden del día. Al mismo tiempo, usted hace hincapié en medidas prácticas basadas en las herramientas existentes.
Pascale Baeriswyl: Ha sido interesante para mí venir aquí hoy para escuchar y así poder constatar lo tangibles que son las tensiones. En los dos últimos meses, he estado en varias organizaciones multilaterales y todas ellas se enfrentan a retos importantes. Puede darse cuenta cuando los Estados participantes toman la palabra, por la forma en que se expresan en sus intervenciones. No es lo mismo aquí que en el Consejo de Europa, no es el mismo tipo de crisis que en las Naciones Unidas, pero está muy presente.
Queremos debatir algunos temas tabú, pero queremos hacerlo sobre una base técnica de soluciones pragmáticas. Así pues, va a ser un delicado equilibrio y probablemente en algunos ámbitos no va a funcionar, y menos en cuatro meses. Pero si podemos impulsar y comenzar de nuevo algunos debates, habremos contribuido a fomentar la confianza, y eso será ya un éxito.
Claude Wild: Naturalmente hemos sido bastante audaces al aceptar el riesgo de incluir temas que se han evitado hasta ahora, como por ejemplo algunos aspectos de la guerra moderna. Al incluirlos en el orden del día confiamos en propiciar un debate sobre la situación en que nos encontramos. Queremos afrontar la realidad de forma imparcial y abordando esos temas.
Contamos con una herramienta, el Documento de Viena (medidas de fomento de la confianza y la seguridad convenidas). Realmente solo funcionan algunas partes del mismo pero queremos que las partes que funcionan lo hagan aún mejor, y tenemos la posibilidad de lograrlo. Sabemos que, debido a las circunstancias políticas de facto, modernizar el Documento de Viena en cuatro meses es una tarea poco realista. Pero si en lugar de centrarnos en eso lo hacemos en la aplicación del documento actual, quizá podamos crear ámbitos de confianza que ahora no existen. Por ejemplo, la disposición del Capítulo IV sobre contactos entre academias militares: esa es una parte del Documento de Viena que no se aplica actualmente. Puesto que es difícil mantener contactos entre los altos mandos militares, quizá podríamos empezar por las academias militares, que son las encargadas de formar a la siguiente generación de los que, o bien podrían cooperar, o bien enfrentarse entre sí.
Un nuevo punto del orden del día en el que Suiza puede aportar su experiencia es el de las empresas privadas militares y de seguridad (EPMS).
Claude Wild: Hemos incluido a las EPMS en el orden del día porque Suiza es depositaria de la Convención de Ginebra, y hemos de preguntarnos cómo se combate hoy en las guerras modernas. Desde el decenio de 1990 estamos viendo cada vez más personas armadas en los campos de batalla, que han sido contratadas por los Estados pero que no pertenecen a las fuerzas armadas. ¿Cuál es su condición jurídica? ¿Están obligados los Estados a aplicar el derecho internacional humanitario en esos casos o no? ¿A quién hay que culpar si una de esas personas comete un crimen de guerra?
Esas son preguntas que, en calidad de Estado depositario, teníamos que responder. Tomamos la iniciativa para llenar ese vacío del derecho internacional apelando al sentido de responsabilidad de los Estados, iniciando negociaciones sobre el Documento de Montreux. Es un tratado internacional, firmado por los Estados que, en caso de que utilicen contratistas privados en sus fuerzas militares, aceptan la obligación de contratar sus servicios de forma responsable, respetando el derecho internacional humanitario.
También nos ocupamos de otro documento que no ha sido firmado por los Estados: El Código de Conducta Internacional para las EPMS. Lo han firmado las propias empresas que están en el mercado. Les interesa saber que los Estados que les van a pagar comprobarán si son empresas legítimas o empresas delictivas camufladas. Les interesa demostrar que tienen un código de conducta y que respetan esas normas.
Habiendo sido los primeros en ocuparnos de esos dos documentos, dirigiéndonos a los propios contratistas privados y a los Estados que los emplean, queremos abordar esa cuestión con los Estados participantes. Confiamos en que aumente el número de Estados que sean aún más responsables en ese ámbito, que es un verdadero motivo de inquietud en todo país moderno.
Suiza también prevé proseguir los debates sobre temas planteados en el FCS, como por ejemplo las armas pequeñas y armas ligeras (APAL) y las existencias de munición convencional (EMC).
Claude Wild: No deberíamos olvidar nunca que las armas de destrucción masiva más utilizadas actualmente en el mundo son las armas pequeñas y armas ligeras, no las nucleares. Resolver de forma adecuada ese problema (luchando contra el comercio ilícito de esas armas y garantizando su almacenamiento seguro, especialmente en regiones en las que pueden recrudecerse los conflictos) tiene una inmensa importancia. Suiza es el principal donante del programa de gestión de las existencias en Bosnia, y también participa activamente en Moldova.
Matthias Halter: El almacenamiento de APAL y munición no solo ha de ser seguro, también debe estar protegido. Los explosivos se deterioran con el tiempo y eso puede traducirse en explosiones indeseadas que afecten a la población civil. Estamos muy comprometidos con la tarea de fomentar las capacidades para garantizar que las existencias están bien almacenadas y protegidas en el entorno civil, con el fin de evitar la proliferación y las explosiones, especialmente en países asolados por conflictos.
Hemos elaborado directrices técnicas sobre el modo de hacer todo esto, establecidas a nivel de las Naciones Unidas. Queremos formular algunas preguntas: ¿Cuáles son las sinergias entre las actividades de las Naciones Unidas en ese ámbito y las actividades de la OSCE, que se basan fundamentalmente en dos Documentos, el Documento sobre APAL y el Documento sobre EMC? ¿Cómo podemos interactuar entre el nivel mundial y el nivel regional? ¿Cómo podemos mejorar esos dos Documentos? Son de 2004 y desde entonces ha habido algunos cambios.
¿Cómo abordará Suiza el tema de la igualdad de género en los ámbitos de la paz y la seguridad?
Pascale Baeriswyl: Más de 18 años después de la adopción de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la mujer, la paz y la seguridad, debemos finalizar nuestro debate acerca del “por qué” y empezar a preguntarnos por el “cómo”. Creo que esa resolución nos da una excelente receta sobre el modo de lograr la igualdad de género; la triple “P”: promoción, participación y protección.
La promoción del liderazgo femenino normaliza el modo en que se ejerce el poder. Eso no significa que las mujeres que lo ostentan actúen de forma distinta, pero estadísticamente hablando, si en los equipos hay mujeres, pueden marcar diferencias.
En segundo lugar, la participación de la mujer es necesaria si se quiere consolidar la paz. Fíjese en las fotos de las conversaciones de paz en Siria. Verá salas llenas de hombres que ocupan puestos destacados y que están olvidando una serie de aspectos que un equipo en el que hubiera más mujeres podría incorporar a los debates.
Y en tercer lugar, la protección. En los conflictos las mujeres suelen ser víctimas (quizá no más que los hombres pero sí de forma distinta). Si se fija en el este de Ucrania, la situación de las mujeres en esa zona puede ser distinta a la de los hombres. Para reaccionar ante una situación de conflicto, hay que tener en cuenta las diversas situaciones de exposición y amenaza.
Usted ha anunciado la celebración de una sesión extraordinaria dedicada a los logros positivos obtenidos en el marco de la arquitectura de seguridad europea.
Pascale Baeriswyl: Tras siglos de guerra y conflicto, una mayoría de países europeos han elegido vías pacíficas para resolver sus problemas y diferencias. Los Estados participantes de la OSCE hicieron gala de voluntad política para superar la Guerra Fría y han demostrado su capacidad para resolver guerras y conflictos. Invitaremos a ex altos cargos políticos de la región de la OSCE para que hablen de sus experiencias. Es el momento adecuado para que recordemos nuestros éxitos comunes, al este y al oeste de Viena, para que renovemos nuestro compromiso y sigamos la senda de los logros obtenidos en el pasado reciente. El objetivo de ese debate de alto nivel será reflexionar acerca del modo de superar los conflictos y las crisis, y de las dinámicas que podrían ayudar a restablecer la confianza en la región de la OSCE.
Suiza eligió los picos de Dufour y Dunant, de los Alpes suizos, como símbolos orientativos de su Presidencia del Foro de Cooperación en materia de Seguridad de la OSCE (FCS) durante los cuatro primeros meses de 2019. El general Guillaume-Henri Dufour (1787-1875) es famoso por haber evitado un baño de sangre innecesario durante la guerra civil suiza. Henri Dunant (1828 – 1910) fue uno de los fundadores del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).